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Microficciones elegidas: De amores...


Avisos de desastre

de Isabel González

Conocernos de otra forma. Tal vez tú demasiado viejo y yo demasiado joven. Yo fascinada por los pliegues de tus ojos y tú alentado por los pliegues de mi sexo. O mejor, yo vieja y tú de veinte. Alumno y profesora de plata a la luz de la luna. Quién sabe. Los dos ya muy ancianos o los dos tan críos que nos recordáramos hasta la muerte. Sucedió sin embargo ayer. La pelota de tu hijo rodó hasta el banco donde yo acunaba al mío y viniste a recuperarla. Tu esposa te lanzó un beso desde la pradera. Mi marido volvía de comprar el pan. Te agachaste bajo mi falda y cuando tu mano rozó mi tobillo, abrazaste la pelota como si fuera un ancla. Yo estreché a mi bebé de plomo. Dos vidas tan conclusas que haría falta un cataclismo.

Felicidad

de Fabián Viqué

Me gustaban sus ojos. Le saqué una foto y empapelé toda mi habitación con su mirada. Me gustaba su voz. La grabé y ahora la escucho todo el día y toda la noche. Estoy tan a gusto en mi cuarto que hace meses que no salgo.

Mi familia le rogó que viniera para sacarme del encierro. Ayer golpeó mi puerta. Me pidió que saliera, quería que diésemos un paseo. No consiguió arrancarme de mi felicidad.

Rewind

de Susana Barragués Sainz

Se besaron desnudos, tímidamente, contra el refrigerador. Él se lanzó a introducir con torpeza sus senos en el sujetador. Ella le respondió subiéndole los calcetines hasta la rodilla y abrochando el botón de sus pantalones con nerviosismo mientras que ataba, uno por uno, todos los botones de su blusa. Después, de un tirón, subió la cremallera de su falda. Totalmente entregada al delirio, le incrustó, salvajemente, el jersey, el abrigo y una bufanda de cachemira. Él la asió por las nalgas y a mordiscos, le introdujo las botas. Al abrir el paraguas, ella alcanzó el éxtasis. Él se desplomó al meter dedo a dedo, las manos en los guantes.

Vendetta

de Sergio Rodríguez Chirillo

El primer tajo que le hizo a la altura del abdomen fue producto de un impulso. Insatisfecha, se apresuró a hacer un corte decisivo en el cuello y otro más, trasversal, que le borrara la expresión de la cara. Entre lágrimas y maldiciones vio consumirse en el fuego, uno a uno, los restos de la imagen de su amante que aun, de forma inexplicable, lucía sonriente.

Ocasión

de Rubén Abella

Al cruzarse en la calle Preciados se miraron a los ojos y supieron en el acto que estaban hechos el uno para el otro. Pero ambos tenían prisa —él iba a visitar a un cliente, ella tenía hora en la peluquería—, y tras un instante de vacilación cada cual siguió su rumbo.

Fantasma

de Patricia Esteban Erlés

El hombre que amé se ha convertido en fantasma. Me gusta ponerle mucho suavizante, plancharlo al vapor y usarlo como sábana bajera las noches que tengo una cita prometedora.

Qué es una Microficción? 

 

Es un texto narrativo brevísimo donde impera la sugerencia y la precisión extrema del lenguaje. La tríada  acción-espacio-tiempo existe en el tejido narrativo aunque puede que sumergido o sobrentendido. Por eso nos exige una singular actitud de lectura. Utiliza como recursos la intertextualidad con otros generos literarios y no literarios, la ironía, el aire lúdico, el juego onírico, la paradoja, el ingenio, el enigma, lo fantástico y la parodia. Todo esto hace que para apreciarlas en toda su dimensión haya que tener bastantes referencias culturales.

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