El Policial en la Microficción
- 4elefantesenun600
- 19 sept 2014
- 2 Min. de lectura
Todos los condimentos del género en algunas pocas líneas.
Crimen
de Ana María Shúa
El hombre levanta el arma. Por un segundo el destino es incierto. Mira a su alrededor. Sabe que ninguno de los objetos que lo rodean modificará su forma o su sentido cuando él se convierta en asesino. El pequeño acto que está a punto de ejecutar sólo cambiará su propia historia y la historia de su víctima. Observa sin piedad los cambios físicos que impone el terror: el temblor espasmódico, la lipotimia que empalidece los labios y confirma las ojeras del condenado. Después, dispara y cae, salpicando levemente el espejo.
Incógnita
de Carmen Peire
Una persona es lo que cree ser, lo que los demás opinan que es y lo que realmente es. Desde esta perspectiva, no se pudo averiguar quién cometió el asesinato.
Novela negra
de Patricia Esteban Erlés
Tienes las manos pequeñas, le dijo ella, con un dejo de decepción en la voz, a su asesino.
Triángulo criminal
de Raúl Brasca
Vayamos por partes, comisario: de los tres que estábamos en el boliche, usted, yo y el “occiso”, como gusta llamarlo – todos muy borrachos para qué vamos a negar-, yo no soy el que escapó con el cuchillo chorreando de sangre. Mi puñal está limpito como puede apreciar; y además estoy aquí sin que nadie haya tenido que traerme, ya que nunca me fui. El que huyó fue el “occiso” que, por la forma en que corría, de muerto tiene bien poco. Y como él está vivo, queda claro que yo no lo maté. Al revés, si me atengo al ardor que siento aquí abajo, fue él quien me mató. Ahora bien, puesto que usted me está interrogando y yo muerto como estoy, puedo responderle, tendrá que reconocer que el “occiso” no sólo me mató a mí, también lo mató a usted.
Justicia retardada
de Sergio Rodriguez Chirillo
Tres cuerpos, seis disparos, cinco balas intactas, dos imputados, un asesino. No hay ningún acusado aún. Al juez le cuestan las matemáticas.
Errata
de Max Aub
"Donde dice la maté porque era mía, debe decir la maté porque no era mía."
Arresto
de Eva Diaz Riobello
Su compañero la encañonó mientras él revisaba la ficha policial. No había duda, era la misma mujer de la foto. Alta, caucásica, pelo castaño. Buscada en quince estados por asesinato, secuestro y robo. En la descripción, alguien había añadido una nota escrita a mano: "Cuidado con sus ojos. No mirar fijamente", alcanzó a leer antes de sentir el roce del metal contra su nuca.
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